Durante la Primera Guerra Mundial algunas de las grandes potencias comprendieron la importancia estratégica de disponer de aviación embarcada para enfrentarse a conflictos en territorios alejados del territorio nacional o en territorios nacionales de ultramar en los que no era posible disponer de medios aéreos de importancia por motivos económicos o logísticos. La victoria naval de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial en gran medida debida a los portaaviones convirtió a éstos en los buques más importantes de una armada y los ha convertido en el arma más poderosa de un ejército.
Portaaviones
Julia Alonso Martín
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